martes, 23 de diciembre de 2008

¿Era Rodolfo un reno?


No sé porqué me gusta la Navidad, a pesar de tener bien desarro- llado mi Grinch interior, que surge desde más o menos octubre cuando empiezo a ver toda la parafernalia navideña -¿En octubre?? Habrase visto! – y comienza el cautivante desfile de vitrinas todas adornadas de rojo y verde cada cual más impresionante entusiasmándonos con su mejor espíritu comercial.

Cuando era niña, no se le daba tanta importancia a las vitrinas, los juguetes que teníamos no eran tan elaborados como los de ahora y por supuesto la variedad no era la misma, las opciones que teníamos eran pocas en comparación de las actuales, no nos entusiasmaba Papá Noel porque sabíamos que no existía, sabíamos que nuestros padres eran los que nos daban los presentes de acuerdo a sus posibilidades. Aún con todo yo sí creía que algún día Papá Noel aparecería por mi casa (no había chimenea) pero se las ingeniaría para entrar por algún lado y me daría a mí, solo a mí, la dicha de verlo en persona y alucinaba, en los días previos, que me llevaría en su trineo a ayudarlo a repartir regalos por todo el mundo y - como en las películas – me regresaba a casa sin que mis padres se dieran cuenta.

En esta época en que el poderío comercial abunda, los niños no saben de otra cosa sino pedir quiero tal y cual, por ejemplo mi hijo al que adoro, luego de su cumpleaños en octubre ya sabe qué quiere de regalo de navidad, o sea ninguna magia, nada de sorpresa, claro la única sorpresa es que yo le haya comprado lo que él pidió, eso no tiene mucho de emocionante. Emocionante fue la navidad cuando tenía 10 u 11 años, esa sí que fue emocionante; acababan de salir al mercado los muñecos chicho bello, bueno yo quería uno de esos y juraba y rejuraba que me darían uno de regalo, en esa época vivíamos en Cuajone y estábamos a más de mil kilómetros de nuestra familia, entonces nos reuníamos entre varias familias y se celebraba en una casa diferente cada año y éramos una horda de chiquillos histéricos gritando y vociferando por toda la casa mientras los padres abrían el apetito con unos traguitos, a las doce de la noche nos llamaban a todos (se supone nos despertaban) para abrir los regalos, primero le tocó a la hija de un amigo de mi papá, ella recibió su famoso muñeco le sacaba el chupón y lloraba, yo esperaba emocionada a que llegara mi turno. Primero fue mi hermano, a él le llegó un trencito a pilas que daba vueltas sobre sus rieles, entonces mientras la emoción se apoderaba de mí, mis ojos brillaban con el brillo del deseo concedido, mi sonrisa parecía imposible de ser borrada de mi rostro al abrir mi regalo, que emoción me dije, rompí el papel con furia y la sonrisa se me cayó de un solo chispazo, no era el anhelado muñeco, era sólo un muñeco de peluche que al darle vuelta emitía un chillido, volteé hacia mi papá con el rostro lleno de lágrimas, tiré el muñeco al piso delante de todas las personas y le dije ¡yo no quería eso! ¡Malo no quería eso! Mi padre solo atinó a castigarme y enojarse conmigo y enmendar su "error" el año siguiente. Hoy después de tantos años que han pasado, hubiera querido que mi padre sí fuera Papá Noel, pero también hubiera querido poder entender lo que significo para el que yo lo mirara con tremenda desilusión y decepción, hubiera querido entender también que hay muchos niños que no tienen un techo más que las estrellas, que no tienen más que llevarse a la boca que un pan duro de días pasados, que no tienen más cama que un cartón frío y a veces húmedo. Entender que la felicidad no se encuentra en el regalo más grande, más vistoso, más opulento sino en cosas más simples, más sencillas, menos aparentes y más duraderas, como un gesto amable, un abrazo sincero, una caricia a tiempo. Hoy aprecio más eso que todo el dinero del mundo, y he logrado entender a estas alturas de mi vida que no es necesario ser el centro del universo y que todos me vean, es más importante serlo aunque no todos lo puedan apreciar.
Por la nostalgia, las alegrías, las tristezas, las cosas buenas, las no tan buenas, por la locura de las compras, el desenfreno de la temporada, por tantas cosas me encanta la temporada navideña (ahí mi grinch interior hace una pausa y se toma un valium), más que por lo que me den de regalos, por lo que yo puedo dar; me encanta regalar, no cosas valiosas materialmente sino cosas que dejen una, quizá pequeñísima, pero imborrable huellita en cada quien a quien aprecio. Deberíamos hacer una navidad cada mes, cada semana o cada día, sin las imposiciones comerciales ni el puritanismo religioso que envuelve estas fechas, sino los afectos sinceros y las ganas de dar. Vamos, anímensen a mostrarse tal cual son, a darse tal cual son, a que los quieran sin caretas, sin máscaras, sin maquillaje (menos yo porque estoy muy blanca), decídanse a dar aunque no reciban mucho a cambio, les aseguro que se siente mejor y es más beneficioso. Yo les quiero y aprecio a todos y cada uno, aún a los que aún no he visto sus caras pero sí he podido leer sus mensajes, así como nos conocimos de la manera más extraña mostrando nuestras carencias, nuestros bajos instintos, nuestras manías, frustraciones, rarezas, pues así somos y nos apreciamos, dejemos que nos aprecie el mundo, con fallas, rasguños, remiendos, porque así somos y que bueno que así seamos.

Queridos atormentados a los que creen y a los que no creen en la Navidad solo les deseo lo mejor y les agradezco porque seguimos aquí y porque somos una fabulosa freak comunity y porque llegamos en el momento oportuno y nos conocimos en el tiempo justo.

Grandes besos y felicidad a borbotones.

9 comentarios:

4R3SIUS dijo...

Me gustó. Aunque siempre tendré mi antinavidad presente, me gustó. Porque prefiero un techo de estrellas en campo, porque he convivido algunos días durante un corto período de tiempo con gente de las más pobres del planeta. Porque la sonrisa de un niño en cualquier día del año es lo más valioso que tenemos como seres humanos. Sin embargo, creo que las sonrisas más lindas de niños las encontré lejos de la Navidad, lejos de aquí... donde la gente es feliz con casi nada (occidentalmente hablando) y por eso, sólo por eso, lo tienen todo.

Renzo dijo...

Pucha me encantó Diana.
Tiene un poco de todo: reflexión, anécdota, feeling...

Yo si creo en la navidad pero no la comercial que se ve en las calles sino la interior que está dentro de cada uno.

Me gusta que mi casa esté decorada sobriamente. Tengo mi nacimiento con motivos peruanos. No hay árbol y tampoco hay regalos.

En mi familia Navidad es una fiesta en la que debemos agradecer por estar juntos. Pero eso sí como en todo cumpleaños la mesa siempre debe estar llena para agasajar al festejado.

icaroperu dijo...

snif snif me emocione debo confesar me invadio el espiritu navideño por unos momentos al leer tu post y le propino un nko al grinch q llevo dentro y lo dejo fuera de combate muy bonito, pero escirbo mas luego ya q ahora tengo q ir a comprar unos regalos ....

JOTA dijo...

Dianita, bienvenida al mundo blogger donde el placer mas grande es publicar y que te lean.

Tu post es una joyita. Es sincero. Es emotivo. Cuida mucha esa voz narrativa porque me dieron ganas de echarte un 'carajo!' cuando lei que le gritaste a tu papa, pero tambien aprecie leer que la Diana actual valora lo mejor de cada fecha.

La mejor manera de guardar nuestros recuerdos mas valiosos es escribiendolos, es compartiendolos antes que la desmemoria los ataque y se los lleve. Te agradezco por compartir tus dos experiencias navidenhas, la de pequenha y la de adulta; la de hija y la de madre. Los memoriosos, maniacos y entusiastas atormentados valoramos esta cronica.

La ultima: si bien no creo para NADA en la Navidad... creo mucho en los amigos y a estos hay que tenerlos cerca todo el anho, no solo en esta fecha. Somos DEMASIADO afortunados de vivir en una epoca en la que el internet nos facilita la comunicacion diaria y nos 'vemos' a cada momento.

Un besote y, nuevamente, me gusto mucho tu post.

J

Javier g. dijo...

Icaro, no es finta, si kieres ver las fotos entra a mi correo: erito2@hotmail.com y te las paso.
Feliiiiiiiiiz navidad.

Diana dijo...

Gracias por sus comentarios, :-D me alegraron el día, la semana, el fin de año jejee. Si supieran los entretelones pa escribir el post.

Un beso fraternal con mucho cariño a todos, que tengan una muy Feliz Navidad, así lleven el Grinch dentro jeje. Pero mejor q podamos ser sensibles y amables, y agradecidos cada vez q podamos no sólo una vez al año.

Besosssssssssssssssss

Vida dijo...

Diani, que lindo, me gusto mucho, hasta se me salio una lagrimita.
Tambien tuve un chicho bello, el pobrecito murio decapitado por mi hermano, hoy, que lo volvere a ver despues de año y medio le hare recordar.
Este año mi mejor regalo de navidad sera conocer a la ultima de mis sobrinas yeeeee.
Les deseo a todos una linda navidad, disfruten mucho a su familia y los que no tienen la suerte de estar con la familia disfruten mucho a los amigos. Que sean felices.

aLexandra dijo...

:)

feliz navidá dianita :) (súper atrasada, pero con el mismo shentimento pe varona)

a j le escribí lo que más me gusta de la navidá; el reunirme con mis papás y mi hermano alrededor de la corona cada domingo y con mis tíos y primos el 24.
conforme fuimos creciendo hemos cambiado el foco de atención. algo me dice que los niños siempre seremos un poco más chinchosos con lo de los regalos, ayer y mañana también, eso es algo que no cambia (tu anécdota, lo que dices de tu peque y todo lo que nosotros recordemos al respecto pueden ser los comprobadores)... pero eso sí, eso no quita que tengamos que esforzarnos en recalcar la importancia de la fecha, los significados de los regalos y de lo afortunados que somos por poder celebrarlo así.

yo debo decir que a mí me gusta hacer regalos. pasarme un buen rato buscando o pensando en algo que le pueda gustar a mi papá, a mi mamá y a mi heramno... y también me gusta hacer cosas. este año hice angelitos con alambre de aluminio y llaveros para mi papá y mi mamá... no sé, son detalles. le pregunté a mi hermano si quería que le regale algo en particular y el me dijo: "no, yo les digo qué quiero a mi papá y a mi mamá, pero tú siempre me regalas cosas distintas. nunca sé que me regalas y siempre es especial"

y ya...

sólo me queda una duda dianita... y era o no era un reno rodolfo?

Anónimo dijo...

¡Vaya! ¿Qué decir cuando ya todo está dicho? Solo aunarme a la duda de aLexandra y preguntar: ¿y era o no era un reno rodolfo?

J^P