Problema de (muchas) faldas

(HISTORIA ABSOLUTAMENTE FUERA DE LUGAR, PERO QUE TIENE LA INTENCION DE SEGUIR CON LA TONICA QUE NUESTRO QUERIDO FRANCO INICIO: CUANDO LAS RELACIONES CON LAS MUJERES SE VUELVEN CAOTICAS).

En las últimas horas he tenido una de las conversaciones más abrumadoras en mucho tiempo, pues me he visto bastante interesado por las preocupaciones de un buen amigo mío, quien también es profesor y además – al igual que yo – disfruta en demasía de los viajes cada vez que el tiempo y su bolsillo se lo permiten. ¿Servirá para un post el suscribir parte de lo que este muchacho piensa y el narrar lo que está viviendo en estos días? Según entiendo, cualquier hombre estaría halagado y feliz de su suerte, medianamente confundido o altamente angustiado con lo que le está pasando, dependiendo si el varón en cuestión fuese un mujeriego, un tipo promedio o alguien muy serio en sus relaciones con las mujeres.

Le dejo entonces de ahora en adelante la voz narrativa a Mr. J (para que yo mismo no me confunda, le doy mi nombre y así puedo seguir escribiendo en primera persona).

-------------------------------------------------------------

Anoche recibí mensajes de textos de cuatro diferentes mujeres: dos casadas, una separada y una soltera.

Una es profesional, dos no tienen estudios más allá de los secundarios y la otra se halla en medio de cursos que le deben ayudar a decidir su futuro y qué hacer con su vida.

Tres de ellas tienen la misma cantidad de hijos (dos) mientras que la menor de todas aún no estrena su lado maternal.

Una es de este estadounidense país y sólo habla inglés, otra es mexicana y aunque debería saber inglés, no habla más que su idioma natal (de una manera muy limitada), otra es peruana, pero cree que habla o escribe inglés (y sus intentos de mostrarlo son patéticos) y la otra – peruana también – está más cerca de ser bilingüe pues se conoce y se comunica por el chat con gente que no habla español (aunque a mí me diga que no le escriba en inglés).

Una trabaja conmigo y es muy agradable pero creo que está empezando a hacerme sentir incómodo desde hace un tiempo. A la segunda la conocí en el concierto de unos amigos míos que tocan rock & roll. De la tercera supe inicialmente a través del teléfono debido a un examigo que teníamos en común y llegamos a involucrarnos en Lima desde la segunda semana que estuve por allá en julio (y de la manera como la traté y con la atención que le brindé puedo casi comprender por qué insiste en llamarme a diario desde su trabajo de ventas a clientes de los EE.UU.). Finalmente, con la cuarta tuvimos una relación que nunca empezó ni acabó oficialmente (en la capital peruana, otra vez), pero de la cual yo estoy muy conciente que ya terminó desde el día que ella me acusó toscamente de cargos falsos basándose en mala información brindada por quien sabe quien. Algo se rompió irreparablemente aquella vez entre dos caracteres de peso pesado.


Se han dado situaciones íntimas con tres de las mencionadas, mientras que con mi colega solamente algunos besos y tímidos toqueteos en mi salón ocurrieron hasta hace un par de semanas. Increíblemente, lo de ‘tímidos’ ha sido por mi parte, puesto que no me puedo sacar de la cabeza (aunque la susodicha tenga una bella sonrisa y una magnífica figura) que tengo que ver a esta persona a diario, que tiene una familia, que sea ella quien se mete continuamente a mi aula para ‘conversar’… y quizás el hecho que no me gusta ‘demasiado’. Quiero decir que sí pasaría gustoso algunas horas entre sábanas, pero no estoy dispuesto a afrontar las posibles consecuencias y luego tener que hacerle creer que quiero seguir con ella o sentirme obligado a continuar un affair por más tiempo de lo debido (y perder la naturaleza de affair).

La más joven de estas féminas está mostrando un comportamiento que en ocasiones me hace sonreír, en otras ver el mundo a través de sus ojos y en ciertas ocasiones rabiar. Ha sido capaz de sacar la humanidad más tierna que tengo, pero asimismo de despertar la parte menos paciente y más iracunda. Hace despertar mi lado más oscuro con tanta facilidad como puede jugar con mis sentidos a través del frío hilo telefónico o de una ventana del msn. Eso sí, sus esporádicos intentos de hacerme sentir celoso al contarme de sus ‘actividades’ con otras personas caen por seguro en saco roto. Por otro lado, sus constantes menciones o chistes sexuales al despedirnos están, poco a poco, siguiendo el mismo camino.

El derecho natural que me dan el teclado y este espacio me permitirá decir que una de ellas está tan ansiosa de escapar de su rutina (un esposo del que habla con desprecio, al que – según ella – le ha solicitado el divorcio varias veces – y unas obligaciones maternales que no sabe cumplir por no estar a la altura) que no le importan la cantidad de veces que ha sido ella más bien tratada con desprecio por mí (pero solo luego de haber pasado buenos instantes a mi lado, donde le di la atención que una persona requiere) por no ser yo una persona tolerante con quien muestra una personalidad chismosa y conflictiva. Ahora ella se esmera en ‘seducirme’ llegando incluso a enviarme sensuales imágenes de su anatomía en poca ropa. No encuentro mucha dignidad allí.

Pienso que la única que tiene todas las prerrogativas de ser cariñosa, amorosa o sexy, a través del medio que ella quiera, es la madre soltera y roquera que ha pasado dos (realmente tres) esplendorosas jornadas conmigo en la interioridad de mi habitación. No es la compañía usual, puesto que es menos expresiva que yo, y, sin embargo, es la persona a quien deseo seguir viendo durante los siguientes días. ¿Puntos en contra? Yo laboro desde la mañana hasta la tarde. Ella trabaja hasta tarde en la noche y, por añadidura, sus fines de semana están enfocados en casa, así que el futuro está sin escribirse.

Las cuatro coincidieron en algunos detalles en sus mensajes de texto, desde el consabido ‘¿Qué haces?’, pasando por ‘Estoy pensando en ti’ (con ciertas variaciones ya que una de ellas me quería decir que había tenido un sueño conmigo… pero no hice preguntas) y se distinguieron claramente al instante de decirme que no les era indiferente: ‘te re archi qiero mi gordo precioso…’ (sic), ‘eres un hombre encantador y me gusta estar a tu lado. Cuidate tqm’ (sic), ‘besos. Muak’ (sic) y ‘It’s ok. You’re a popular guy ;-) I’ve realizad that I must share you lol!’

¿En qué momento me volví tan interesante para el sexo opuesto? ¿Por qué puedo pasar meses enteros sin que se me pegue ni un chicle en el zapato y de repente consigo la atención permanente de cuatro mujeres exactamente al mismo tiempo? ¿Empezó esto en Lima o en Texas? No me fue nada mal en mi última visita, donde se dieron algunas situaciones curiosas (como el de una mesera de un local barranquino que me dejó su correo electrónico junto con la cuenta y otra mesera que aceptó salir de su local al concluir sus horas de labor), pero desde mi regreso al país del norte las cosas se pusieron ya demasiado locas.


Pienso que así como en los 90s el River Plate del ‘pelado’ Díaz no le podía ganar al corajudo Boca Juniors por años, aunque fuesen los del equipo millonario quienes se alzaban con más títulos, esta racha triunfadora pasará y quedará para la anécdota. Me causa confusión el hecho que todo esto pase al mismo tiempo y eso me produce nostalgia hacia una existencia alternativa que no se puede calcular (bueno, quizás estoy exagerando un poco con eso último).

Quizás suene como un problema irrelevante o como cualquier cosa menos un problema. No obstante, quisiera saber qué debo hacer. ¿Me aprovecho de la situación y juego a dos cachetes (o a cuatro, para ser más precisos)? ¿Juego mejor al indiferente hasta que esta fiebre pase? ¿Me alejo de quien me tengo que alejar y manifiesto abiertamente que no seguiré con jueguitos y cortejos a media tinta?

¿Y saben qué es lo más irónico? Me gusta mucho otra chica, quien trabaja conmigo en las tardes (y creo que yo también le agrado). Salimos a comer a veces y nos reímos mucho juntos. ¿Alguien puede pensar en una opción saludable que no incluya el suicidio?

----------------------------------------------------------------

Estoy cruzando los dedos para que este post lleno de abstracciones no haya hecho dormir a nadie. Todo lo narrado aquí es real y merece una salida. Por tal causa, traslado a esta página las interrogantes de este buen amigo. ¿Alguna sugerencia de los lectores?

J

Debe ser grandioso sentirse tan deseado y cotizado como el hombre de chocolate de Axe, ¿no? ¿Qué piensan ustedes? ¿Les ha pasado con más de una damita a la vez? ¿Envidian a mi amigo o lo compadecen? ¿Alguien se anima a sugerir algo o a compartir su propia experiencia?