sábado, 31 de octubre de 2009

31 de Octubre

La primera y única vez que salí a pedir halloween tenía once o doce años, según yo me había disfrazado de karate kid, con mi vinchita y todo. Salí con mi hermana y unos amigos del barrio y entramos al edificio que estaba en la cuadra. Sin entender porque, al verme ahí, pidiendo caramelos de puerta en puerta, me avergoncé de mi mismo, me arroché. Creo que mi hermana era una gitana, ni recuerdo los disfraces de mis amigos, yo estaba arrochado y recuerdo muy bien cuando hice click, fue en el momento en que una viejecita nos saludaba con caramelos y nos preguntaba de qué nos habíamos disfrazado. Me sentí tan ridículo que no atiné a otra cosa mas que decir que salía de mis clases de karate y me estaban encargando cuidar de mi hermana.

Tampoco es que haya destilado criollismo en mi infancia, en realidad, no tenía mucho de que regodearme, vivía en una quinta, al lado de un callejón, no de uno, sino de dos caños, que fue el escenario de mi infancia mas feliz, y curiosamente mi gusto por la música peruana no radicaba en lo criollo sino en lo andino. Mis primos tocaban la zampoña y me pegaron el bichito y luego conocí en mi cuadra a un pata que tenia tenia un grupito de música latinoamericana y fue quien me enseñó a tocar la quena (que tanto esfuerzo me costo). Al poco tiempo entraba a tocar en la estudiantina del colegio.

Sin embargo el gusto estaba ahí, lo primero que recuerdo es a mi viejo comprándose su cassette de Eva Ayllón, y dándole vueltas y vueltas en la casettera, era lo mas cercano al criollismo que tenía. Luego de eso al Zambo Cavero. No recuerdo dónde lo conocí, tampoco recuerdo cuándo, pero un día que escuché Contigo Perú, me recuerdo estremeciéndome y botando una lágrima. No podía entender como esa música me movía tanto. Eva y el Zambo eran populares, conocidos por todos y caseritos de peñas donde sea. En el colegio murió halloween para mi. Entrando a la universidad, tuve mi primera enamorada, ella tenia una tía que tocaba cajón y un tío que tocaba muy bien la guitarra y armaban unas jaranas en su casa de playa de San Bartolo. Yo me perdía para allá los fines de semana, y mi entusiasmo muchas pecaba de ofensivo, porque, entrado en tragos, trataba de emular el canto del Zambo, con desastrosas consecuencias y ofendiendo el gusto y recorrido de la guitarra y cajón anfitriones. Supongo que por juventud entusiasta es que se me perdonó el pecado. Comencé a frecuentar peñas, ya no era coincidencia que prefiriera el Rompe y Raja a la Noctambul, o Del Carajo a la Metrópolis (si la cronología de las discotecas y peñas esta errónea, disculparán mi mala memoria). Aprendí Mal Paso, Propiedad Privada, Cariño Bonito, Cariño Malo, Olga, Y se llama Perú, y toda la lista de canciones que te pasan en estos sitios. Llegué a un punto en que me astí de las mismas y ya no sabía que hacer ni donde encontrar refresco.

Hasta que entré a un grupo de la universidad, donde cultivábamos la música peruana en general, costa, sierra y selva, y así como mi gusto por la música de todo mi país estaba bien repartido, encontré en el lado criollo, aquello que estuve reclamándome por tanto tiempo, conocí a Pinglo, buceé en Chabuca, me presentaron a Jorge "El Carreta" Pérez, conocí a Kiri Escobar, tuve el honor de introducirme en la música de los Ascuez, ases y maestros de la jarana, escuché al Centro Musical Unión, y frecuentando al grupo, llegué a visitar los centros musicales de Breña y el Centro de Lima, que distaban mucho de una peña y son mas bien lugares cerrados dónde se cultiva el criollismo de una manera asolapada, de esas donde te pasas la voz para quedar en ir. Que diferente a las peñas que conocía hasta entonces. Había descubierto un mundo nuevo y debía aprovecharlo, cosa que hice aplicadamente. Recuerdo que al grupo entré por aprender a bailar marinera norteña y hacerle el gusto a mi abuela, sin embargo, adentro, conocí a la marinera limeña y el flechazo fue inmediato, hasta ahora no nos separa nadie y aun sigo atento al canto de jarana. Deje a la coqueta y vanidosa norteña y fui seducido por la sobria, femenina y encantadora limeña.

Fueron años felices, mi 31 de octubre había encontrado sentido y yo, luego de un momento de vacilación, me había redescubierto enamorado de nuestra música. Cada 31 de octubre, luego de alguna presentación por el día de la canción criolla, llegábamos a la casa de alguien y armábamos la jarana hasta las 6 de la mañana con aguadito al día siguiente. Tengo que reconocer que mis momentos en el grupo fueron de los que mas me llenaron esos años, y si bien no toco ningún instrumento mas que la quena y la zampoña (que hace años siguen empolvadas), no dejaba de intentar cantar o encandilarme simplemente escuchando a los cantores y músicos del grupo.

Todo tiene su final, la universidad pasó, y con ellas las reuniones musicales con el grupo se hicieron mas esporádicas, sin embargo, aun conservo la costumbre de ir a esas peñas donde no se cante Mal Paso o Contigo Perú...hay mas, mucho mas que descubrir.
Es cierto, hoy no tenemos muchos Avilés, Caveros o Ayllón, pero si hay talento, lo que pasa es que veo que cada vez el círculo se va cerrando y la propaganda se va acabando. He sentido a veces el elitismo y segregación al momento de asistir a estos sitios donde solo cantan "conocidos", y muchas veces me he descubierto preguntándome por qué, si estoy seguro que así como yo me complazco solo escuchando, hay muchos por ahí que harían lo mismo.

Este 31 de octubre, asistiré a mi primera fiesta de halloween, no por mi voluntad, ni siquiera de la de mi enamorada, ella asiste porque lo organizan sus amigos y quiere colaborarles, sin embargo, esperaremos las doce y huiremos a algún lugar donde podamos empaparnos de criollismo después de habernos mezclado con gente disfrazada fuera de fecha de carnavales. Felizmente ella comparte conmigo mi animadversion a esta celebración tan foránea y temprano estaremos por la Casona de San Marcos, asistiendo a la premiacion de Alicia Maguiña en reconocimiento a su trabajo (ingreso libre, 6.30 pm). Salvé mi sábado porque creía que me iba a sotear solamente rodeado de batmans, supermanes y mujeres araña.
Dejo un video, a mi parecer, una joyita del criollismo, con una constelación digna de cualquier cielo estrellado, mi homenaje al 31 de octubre.

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