lunes, 13 de julio de 2009

EL RETO(2): Ya no hay marcha atrás

Leí detenidamente las condiciones enumeradas en la ficha y firmé el documento. Ya no podía renunciar, el siguiente paso era: las medidas oficiales…
Memo y La pesada
Quedé con mi hermano V en que nos íbamos a encontrar después del almuerzo de ese lunes particular en la oficina de WL(Wonder Life, ¡se me pegó la moda!) para la primera pesada. Cuando llegamos, la oficina estaba vacía, así que aprovechamos para comer un helado antes para pesar un poquito más (no sólo hice eso para subir de peso sino que además durante el fin de semana comí de todo, no fue muy honesto de mi parte lo admito) cuando regresamos ya estaba “Memo” y poco después llegó “la pesada” con su esposo. Memo hablaba con un acento colombiano desesperante (no es que me desagrade el acento colombiano, sino que SU acento era el de un peruano que estuvo en Colombia un par de meses y volvió a Lima hace dos años, pero no se le quita el dejo) y era el que iba a dirigir el RCP, daba las charlas, tomaba pesos, tomaba medidas y también concursaba, un todo terreno colombianizado.
“La pesada” y su esposo llegaban a pesarse al igual que yo.
Memo y “La pesada” me llamaron para pesarme y medirme: ¿Listo? Me preguntaron en coro poniendo su mejor sonrisa estilo Mr. Flanders:


Yo estaba listo, pero no sé para qué.

Mi peso era 78.4 Kg y las medidas estaban para decirlas en kilómetros. Después me tomaron unas fotos de frente y de perfil para hacer un antes y después. Las fotos son impresentables, basta con hablarles de la poca vergüenza con que asomaban mis rollos por sobre el cinturón y sobre el cuello de mi camisa, ¡¡sobre el cuello de la camisa!! No digo más.
Mi espíritu competidor ya se había apoderado de mi cuerpo y miraba a los demás analizando sus posibilidades de ganar, hasta veía una pantalla con mensajes del tipo: subject: female, weight:70kg; height:1.52m, probability: 0.60,etc. Todo en letras rojas.
En ese momento V me hizo LA pregunta: ¿y ya has pensado como vas a hacer para bajar de peso?
La pantalla, que seguía funcionando, me lanzaba las posibles respuestas: 1.- go to hell; 2.- f(biip) you; 3.Malfunction Malfunction ... línea horizontal blanca, punto blanco y se apagó. No había pensado en eso.

Google sabe todo: La dieta South Beach en versión San Miguel
Todo el camino de regreso al trabajo(¡regresando con energía!) venía pensando en la pregunta de V. Así que apenas llegué(¡con energía!) me puse a buscar en la red una dieta que se acomode a mis necesidades. ¡Y la encontré! Era la famosa dieta South Beach, que aseguraba que lograría bajar 4 kg. en una semana, impresionante ¿verdad? Solo era cuestión de adaptarla cambiando los ingredientes que hay en South Beach y no hay en el Metro de San Miguel.
Con ustedes La Dieta San Miguel (DSM):
- Comer 5 o 6 comidas al día en cantidades moderadas(importante: jamás saltarse el desayuno)
- Nada de carbohidratos, no pan, no azúcar, no pastas, no papas y no frutas (sólo las primeras 2 semanas).
- Carnes blancas (pollo y pescado) a la plancha
- Infusiones(té, anís manzanilla) sin azúcar
- Otros Alimentos ricos en proteínas: Huevo, leche de soya, queso light, yogurt natural(el que tenga peor sabor), etc.
- Ensaladas de todos los colores
- 10 vasos de agua a lo largo del día; y
- Mucho ejercicio.

Uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde
Con esta dieta no podía quejarme porque no iba a pasar hambre, pero eso sí, echaba de menos un par de cosas. Extrañaba a los panes, y mucho. Los vi una mañana colgados en la puerta de mi casa pidiéndome que los saque de su prisión de plástico, pronto -les dije- pronto en seis semanas y seis días.
El arroz, que ahora se veía más blanco, más graneado, los platos de comida no lucían igual sin él.
Las papas, de quienes no supe apreciar su simple sabor a todo y a nada, ni esa capacidad tan suya de acompañar todo, siempre en papel secundario, pero sin desentonar nunca.

Retroceder nunca rendirse… tal vez
Los primeros días pasaron y ya me acostumbraba a la rutina autoimpuesta, las cinco comidas, algo de ejercicios y el agua. Los tres panes con mantequilla de la mañana ya habían sido reemplazados por un insípido pan Pita con lechuga, tomate y queso sin sal; a media mañana una ensalada con aceite de oliva, al medio día un filete de pollo con ensalada y aceite de oliva, a media tarde un huevo duro y en la noche otro filete de pollo con ensalada y aceite de oliva. Un día Gina me preparó una pechuga de pollo, en trozos, frita con cebolla picada y…aceite de oliva. El sabor del aceite de oliva ya me había hostigado y mi balanza de patitos no estaba siendo muy generosa conmigo, según ella sólo había bajado un kilo en cinco días y empezaba a sentir el síndrome de abstinencia panera. Una parte de mí ya empezaba a echarse para atrás y estaba decidido: “si en el primer control no estoy cerca de los primeros lugares, esto se acabó, vuelvo a mi vida normal con mi arroz y mis panes”.

La competencia y los primeros resultados
Llegó el día de saber si seguía o no en la competencia, saliendo del trabajo (¡con energía!) me fui directo a las oficinas WL, allí me esperaba V para darme su apoyo moral(es parte de sus deberes de representante/distribuidor/fanático de WL).
El proceso de las reuniones sería siempre el mismo, conforme iban llegando los concursantes se iban pesando y midiendo. Luego Memo, previos aplausos motivadores, iba mencionando cuánto habíamos bajado o subido de peso, nombraba a los dos que habían bajado más durante la semana, los premiaba con un regalo sorpresa y por último daba una charla sobre nutrición y, como quien no quiere la cosa, sobre las bondades de los productos de WL.
El encargado de pesar a los competidores era “El enanito”, un fan WL al que había conocido en la casa de V. Rápidamente pude notar que a este personaje no le cuadraba para nada la idea de que yo participe sin usar los productos WL. El enanito miró la balanza incrédulo y me dijo - apretando los dientes -:
- has bajado 3,3 Kg., te felicito.
Memo tomó nota de mi peso y me felicitó, algo más sincero, a su colombiana manera. Estas reacciones me inyectaron un poco de ánimo, pero todavía tenía que esperar los resultados de los demás. Un Kilo, ochocientos gramos, quinientos, etc. Hasta donde había podido escuchar nadie se acercaba ni remotamente a mi marca, me sentía en las nubes. Llegó el momento de nombrar a los ganadores de la primera semana y V no podía estarse quieto en su asiento, muy bien, ya ganaste - me decía – y yo ya me la estaba creyendo.
Nos equivocamos los dos, se apareció un patín que bajó 3,8 kg., en segundo lugar un servidor y hubo un tercero no tan lejos que bajó 2,5 kg. Bueno, al menos me alcanzó para lograr el premio sorpresa de la semana (un tomatodo marca Thermos, para bebidas frías) y para decidirme a postergar mi cita con los panes y el arroz.

¡Ah! Y me olvidaba, también recibí mis aplausos motivadores.

Los Competidores
El “patín” que ganó la primera semana aparentaba tener entre 20 y 22 años, medía más de 1,75 m. y empezó la competencia pesando 74 Kg. y algo, es decir, luego de la primera semana pesaba 70 y algo, mi pantallita Terminator no le daba muchas posibilidades de ganar porque si bajaba 5 kilos más ya no tendría fuerzas ni para levantar los quince billetes de cien del premio. Y además durante la charla de Memo había admitido delante de todos que llegó a bajar ese peso “gracias” a una infección estomacal de la que aun no se recuperaba.
El que quedó en tercer lugar era un señor de anteojos, con una prominente barriga “chelera” y de escasa cabellera(para efectos prácticos lo llamaremos “Pelao”) que bordeaba los 50 años, medía como 1,70m. y había iniciado la competencia con un peso igual al mío(78,4 kg.), si podía aguantar el ritmo durante las 7 semanas sería un duro rival.
Otro que me preocupaba era un hombre con aspecto andrógino, de cabello largo, alto y que empezó la competencia con 116 Kg., tenía un gran margen de peso por bajar.
Y estaba el “gordito”, un hombre que encerraba en su metro sesenta de estatura nada menos que 111 kg, su peso nos preocupaba a ambos.
Además estos dos últimos tenían el apoyo abierto y descarado del “enanito”, parece que él los había invitado a la competencia.

Mis vacaciones, el Zumba y un nuevo deporte
En marzo salí de vacaciones durante 15 días, durante los cuales continué con la Dieta San Miguel(DSM) que ya me permitía comer frutas. También quité de la dieta al aceite de oliva, intensifiqué mi jornada de ejercicios y siguieron las derrotas en el campeonato “Verano 2009”.

No sé cómo llegó a mis manos una colección de 4 DVDs de Zumba, en uno de ellos explicaban como realizar unos ejercicios muy buenos para los abdominales y el resto eran de baile, la primera vez que los vi fue solo por curiosidad, la segunda vez ya estaba, sin darme cuenta, tratando de imitar los movimientos del instructor colombiano.

Según la ahora famosa DSM para lograr resultados óptimos es importante ejercitarse, salir a correr era una buena alternativa, pero por cuestiones de tiempo y comodidad decidí correr sin salir de casa, en otras palabras, le daba vueltas a mi sala como un trompo. Daba 300 vueltas corriendo y caminaba 20 más para quitarme el mareo. Analizar las reacciones de la gente cuando me veían a través de la ventana dando vueltas en la sala da como para un post entero.
Aviso parroquial:
Si alguno de ustedes está interesado en formara parte de Perúlivingroomrunners páseme la voz. Se sorteará entre los 10 primeros inscritos un tomatodo para bebidas frías.


Pasan las semanas y siguen los premios
Los resultados de la DSM, el zumba y la carrera en sala ya se notaban, en mi peso y en mis medidas, mi cuello volvió a la normalidad, la familia de patitos sonreía al verme subir en la balanza. En la competencia comencé a destacar nítidamente, tomen nota de los premios que gané: Un tarjetero(¿?), una tabla de picar, una botella para aceite de oliva(que felizmente se rompió), un plato para ensaladas con tapa. Si no ocupaba el primer lugar ocupaba el segundo, me convertí en una celebridad WL que no usaba productos WL. A estas alturas “la pesada” y su esposo eran mis hinchas, el “gordito” quería ser mi discípulo y ya me había acostumbrado a Memo y a su hablar paisa.

Ese enanito traicionero
Todas las reuniones se realizarían los días lunes en las oficinas WL a excepción de la última, que se iba a realizar un viernes en otro local más amplio con todos los demás grupos(16) de Lima que se encontraban compitiendo en el RCP, ese mismo día sería la Ceremonia de premiación de los dos ganadores de cada grupo. De acuerdo a lo que yo había entendido en esa reunión se pesaría y mediría por última vez a los participantes, pero faltando 8 días para el final(un jueves) me volvió a llamar por teléfono V, para decirme que el Lunes siguiente sería la última toma de medidas y que el viernes sólo se iba a realizar la premiación, es decir, ya no quedaban ocho días sino sólo 4. La noticia me alegró porque significaba que los contrincantes tenían menos tiempo para poder alcanzar mi peso. El “Pelao”, que era mi más cercano perseguidor, estaba pesando 3 Kg. más que yo de acuerdo a los resultados de la última reunión(lunes anterior) y si le sumaba lo que había bajado esa semana (casi 1,5 Kg.) era casi imposible que alguien me alcance y que viva para contarlo. Así que me relajé, durante esos días no hice ni ejercicios ni livingroomrunning.

Al llegar ese lunes me di con la sorpresa de que lo que me había dicho V no era correcto, la competencia seguía hasta el Viernes(4 días más). ¿Quién le había dicho a V que la última toma de medidas era ese lunes?
Respuesta en el título de aquí arriba.

CONTINUARÁ...