lunes, 19 de julio de 2010

Su primer libro

Le debo una visita al cine a mi tía Mosito. La cita, domingo por la tarde, en el Cineplanet de Primavera. Me parece genial salir con ella. Además, de una excelente tertulia, al llevar orgullosa sus canas sesenteras, todos los “reservados” para personas mayores nos alivian muchas cosas. Como el estacionamiento. El estacionamiento del centro comercial está atiborrado, pero conseguimos lugar tan pronto –obviamente, en la zona reservada- que no me lo creo.

Subimos desde el sótano y vemos un mar de gente impresionante. Nos miramos y ella me dice, en tono de reclamo, ya me acordé porque no me gusta salir los domingos por la tarde. Adicionalmente, era –¡hora de enterarnos!- día del pollo a la brasa y el Pardo’s Chicken de al lado tenía más gente que el corso de Wong con la Riquelme.

Queríamos ver Toy Story 3, pero la cantidad de niños era tal que desistimos de inmediato. A ver, ¿qué más hay en la cartelera? Solo Shrek 4 y esa de los disque vampiros. Definitivamente, no es día de cine. Demos una vuelta por la librería y luego te invito un café, me dice, algo resignada.

Ya dentro de Crisol, mientras me decidía por cuál libro de Quiroga llevar, Mosito se acerca con el Caín de Saramago en la mano preguntándome si ya lo había leído. Le respondo que no y empezamos a hablar del luso mientras damos una vuelta por toda la tienda. Llegando al final de nuestro recorrido, pasamos delante de la sección para niños. Le parece intolerante que el Vaticano haya escrito esas tonterías sobre él luego de su muerte. Le doy la razón, y antes de saltarnos la sección infantil le comento que Saramago escribió un cuento para niños. No me cree. Preguntamos por el libro, el chico nos dice que sí lo tiene y también se sorprende de que esté en la sección infantil. Se habrán demorado como media hora en encontrar La Flor Más Grande del Mundo. Hasta tres personas buscando el libro a la vez. Yo solo lo quería hojear, pero –y esto siempre me sucede- ver desplegado tanto esfuerzo me hacía tener la obligación de llevarlo.

Mosito es soltera, sin hijos y feliz. Situación que a sus sobrinos (incluyéndome) nos fascina, porque somos depositarios de sus engreimientos, detalles, palabras y cariño total. Y piensa en sus sobrinos nietos, seis hasta donde recuerdo más un@ en camino. Que le gustaría regalarles cuentos, que leyeran, pero teme obsequiarles un libro que –casi seguro- terminará en un rincón sin ser leído o todo destrozado/pintarrajeado/olvidado. Nosotros también nos habíamos unido a la búsqueda y encuentro un libro titulado “Abuelita, cuéntame un cuento”. Esto cómprate, le digo, así llegas a casa de uno de ellos, les lees un cuento y te vas con tu libro, otro día visitas otro sobrino nieto y haces lo mismo, y así. La idea le encantó.

“¡Lo encontré!” grita entusiasmada la chica que halló el ansiado tesoro. Con Mosito lo abrimos y a leer se ha dicho. Luego de unas 5 o 6 páginas estaba decidido, me lo llevo sí o sí. No termino de pensar lo escrito y ella dice, fuerte y claro, “me lo llevo”. Yo titubeo diciendo que también lo quiero, y me dice, “será mi regalo, pero primero quiero leerlo, no vaya a ser que Saramago escriba algo que un niño no deba leer”. Sonrío, me encanta que me vea como un niño en mis ya bien entrados treinta.

Me deja en casa, nos despedimos, se va. Me asalta una duda, ¿será para mí el libro? Porque yo lo quiero tener. Me acababa de dar cuenta de algo más. Que deberá tener su propia biblioteca. Y no es nada descabellado que tendremos libros duplicados. Este podría ser uno de ellos.

Suena mi celular. Mosito me pregunta con la voz más tierna que jamás le escuché: “¿Es su primer libro?”, “Sí, su primer libro y su primer regalo”, “Qué bien me siento”… La duda está despejada, no es para mí… Es para su sobrin@ niet@ que está por venir… Es para mi hij@ que está por venir… Es mi primer hij@, es su primer libro, y ya lo envidio.

J^P

Bonus track, gracias a Alborotada.